Durante julio de 2023, dos integrantes de Regenerativa tuvieron la oportunidad de visitar Can Font de una manera muy especial. Camilo y Constanza, emprendieron un viaje de aprendizaje durante 6 meses por Italia y España, en donde la agricultura no convencional fue su objetivo. Una parte central de este viaje, fue el voluntariado a través de la plataforma WWOOF, que es el acrónimo en inglés para World Wide Opportunities in Organic Farms (https://wwoof.net).
Mediante esta plataforma internacional que funciona desde hace décadas, los campos que practican la permacultura, agricultura regenerativa, agroecología o simplemente agricultura familiar, se organizan por país para conectar con personas que están buscan vivir experiencias en el mundo agrícola.
Los WWOOFers, como son llamados los practicantes de esta actividad, intercambian horas de trabajo en el campo por alojamiento y comida brindada por sus anfitriones. Actividades en la huerta como trasplante, manejo de hierbas y de cultivos, manejo de árboles frutales o cuidado de los animales, son parte de las labores en las que las personas encargadas de los campos necesitan cooperación.
De esta forma, Camilo y Constanza llegaron a la localidad de Marzà, en las cercanías de la ciudad española de Girona, en Catalunya. Allí, en un pequeño pueblo de 170 habitantes situado entre la Serra de l'Albera y el Cap de Creus en el Alt Empordà, más de 9 generaciones en más de 300 años de agricultores, han escrito la historia de Can Font.
Viñedos, Almendros y Manzanares son algunos de los elementos que acompañan el espacio de la ruralidad catalana, situado en la cercanías de diferentes pueblos pequeños. En Can Font, se emplaza la casa de la familia, en un estilo rústico restaurado con muy buen gusto, donde viven Francesc, Nuri, su hija, sus dos hijos y la abuela.
Está rodeada de algunos galpones que acumulan herramientas y maquinarias por 9 generaciones de agricultores y agricultoras. Más allá, está el campo, corrales para una decena de ovejas fieles amigas, ávidas de hierbas. Un gallinero con una docena de habitantes, que incansablemente les despiertan con huevos de regalo.
Un corral para las ocas, que con su potente graznido característico advierten la presencia de personas ajenas al lugar. Se emplazan, erguidos con fortaleza y con un tronco que hace sentir el paso del tiempo, olivos centenarios que fueron trasplantados desde otro campo. También, un campo de alfalfa donde las ovejas tienen la labor de regenerar el suelo mediante su pastoreo planificado.
Por supuesto, una huerta familiar, protegida de los animales, que antaño era mantenida, cuentan, de una forma gloriosa por la matriarca de la familia. Este es el centro de operaciones, donde todo ocurre: desde eventos familiares hasta las grabaciones de los videos de The Regen Academy, academia impulsada por Francesc Font y Nuri Madeo, que busca entregar conocimientos y herramientas prácticas sobre agricultura regenerativa, a través de sus nutridas redes sociales y mailing y, por supuesto, su Máster Agricultura Regenerativa 360.
Inspirados en Darren Doherty y Joel Salatin, a quienes tuvieron la suerte de visitar en sus fincas pero también recibir en Can Font, Nuri y Francesc practican la agricultura regenerativa en su finca desde hace 10 años. Una década atrás, se dieron cuenta de que las finanzas de la empresa familiar no iban bien y algo debía cambiar.
Con la convicción puesta en las palabras de Joel sobre que una economía verde no puede tener números rojos, comenzaron la transformación. Luego de estudiar la teoría, se pusieron manos a la obra y de un día para el otro, Francesc le dice a su socio: dejaremos de aplicar químicos en la finca.
Según cuentan Camilo y Constanza, Nuri y Francesc reconocen que este fue uno de los mayores desafíos internos. Hoy, mirando en retrospectiva, se dan cuenta que el gran error fue no haberlo hecho antes. El camino hacia la “regenerativa” - como llaman a esta forma de agricultura - no estuvo exento de dificultades.
El “mejor gran error” comentan Nuri y Francesc, fue darse cuenta que la teoría es una cosa pero que la práctica es otra. No hay recetas mágicas, hay que entender el territorio, sus particularidades, bondades y dificultades, e ir probando, equivocando, mejorando, con paciencia. “Y todo ha traído frutos, muchos de ellos intangibles, pero algunos muy concretos”.
De ellos, el logro del que se sienten más orgullosos es analizar el campo de almendros y darse cuenta de que contiene un 3,8% de materia orgánica, cuando es probable que 10 años atrás tuviera menos de un 1%. En el sitio web Can Font Organic Agriculture (https://canfontorganic.cat/en/), Nuri, ingeniera técnica agrícola, con formación continuada en el manejo de frutales y co-gestora del proyecto Can Font, afirma:
“Nuestro inconformismo nos ha llevado a convertir una explotación basada en la química en un modelo orgánico y sostenible en todos los sentidos. Para realizar este paso ha sido necesario animar a toda la familia y desaprender parte de lo aprendido en la escuela, la universidad y en la sociedad moderna en las últimas décadas. Todo con el objetivo de dejar un proyecto aún mejor del que hemos encontrado y que pretende ser un legado para nuestros hijos y las generaciones futuras. (...) La dedicación, observación, y sobretodo el amor por la naturaleza nos ha ayudado a ver con el corazón y poder transformar la finca en un espacio mejor para todo y todos”.
Dirigiendo Can Font junto a ella está Francesc Font, agricultor de toda la vida e ingeniero técnico agrícola, formado en permacultura y diseño de fincas. Francesc es además codirector de Agroassessor Consultors Tècnics S.L, que acompaña a los agricultores, propietarios y administraciones en el diseño, gestión y transición de hacia proyectos agrícolas con enfoque regenerativo y productivo, en base a la aplicación de técnicas de referencia de la agricultura regenerativa adaptadas a la realidad del territorio. A Camilo y Constanza le comenta:
“Hace muchos años que visualicé una finca regenerativa, una academía regenerativa y una consultoría regenerativa; y poder crear impacto. Aunque no nos conformamos con lo que tenemos, está pasando lo que quise que pasara. (...) Dejar la química fue un desafío muy importante, hoy pensamos ¿por qué no lo hicimos antes?”.
La academia regenerativa que fundó Francesc es The Regen Academy, una escuela online de agricultura donde él y sus colaboradores comparten su experiencia a otras personas que quieren transformar sus cultivos. Dentro de sus formaciones, un agricultor o empresa agricultora puede realizar un master en agricultura regenerativa 360° en 6 meses, una iniciación hacia esta temática en 45 clases asincrónicas, distintos cursos online como el de implantación y gestión de cubiertas vegetales que dura solo 6 horas, y específicos para empresas como talleres prácticos en fincas reales, o asistir a las masterclass presenciales.
Herramientas utilizan para aplicar la agricultura regenerativa.
La historia universal da cuenta que la agricultura se practica desde hace muchos siglos, pero siempre ha estado en constante cambio, en relación a los distintos contextos históricos. El sistema de trabajo de Can Font se basa en la combinación de nuevas tecnologías sumado a sistemas productivos que entrelazan la armonía con la naturaleza y las herramientas modernas.
Potencian la salud del suelo, intentando no alterar ninguna de sus propiedades naturales ya que su objetivo es mejorar la interacción entre seres vivos en cualquier parte de la naturaleza, en especial, del suelo. Su aporte a la finca familiar se ha basado en la aplicación de diferentes marcos metodológicos, principios, técnicas y herramientas como la permacultura, una filosofía de vida sostenible que se basa en la observación de la naturaleza y la imitación del funcionamiento de los ecosistemas.
Mediante el uso del diseño Keyline, una técnica para maximizar el uso beneficioso de los recursos hídricos de un área de tierra, mejoran el abastecimiento de agua a la finca. Sumado al uso de coberturas vegetales, una práctica importante en el manejo de cultivos en agricultura regenerativa, protegen el suelo y mejoran la fertilidad de este, además de evitar la evaporación del agua, controlar la hierbas no deseadas y plagas, e incrementar la biodiversidad en sistemas de producción agroecológicos.
Con ayuda del sistema de cultivo natural coreano, aprovechan los microorganismos (bacteria, hongos, nematodos y protozoos) para producir suelos fértiles que producen un alto rendimiento sin el uso de herbicidas o pesticidas. El resultado es una mejora en la salud del suelo, mejorando la marga, la inclinación y la estructura, atrayendo a un gran número de lombrices.
Usan el manejo holístico, sistema de planificación agrícola, con énfasis en la gestión del ganado y los pastos, por el potencial que tiene en mejorar el uso de recursos vegetales en coherencia con sus ciclos de reproducción naturales, propiciando la salud del suelo, y pudiendo obtener beneficios ambientales, económicos y sociales de forma sostenible; para tomar cada una de las decisiones dentro de la finca.
Además cuentan con agricultura de alta densidad mediante el uso de:
El índice NDVI, o índice verde, un indicador que señala el verdor, densidad y salud de la vegetación en cada píxel de una imagen de satélite; ya que ofrece información relevante a la hora de definir las actuaciones agronómicas que requieren los cultivos. De esta manera, monitorizan el suelo, para conocer en tiempo real el contenido de agua presente y las necesidades de riego.
También, mediante el sistema de riego enterrado o riego subterráneo, una técnica de irrigación eficiente que consiste en suministrar agua directamente a las raíces de las plantas a través de tuberías y emisores que se encuentran bajo la superficie del suelo, permiten un uso efectivo de agua de riego ya que, por ejemplo, reducen la evaporación y el crecimiento de hierbas no deseadas.
Estas herramientas y técnicas, tanto tradicionales como tecnológicas, confluyen bajo un paraguas que llamamos agricultura regenerativa y han permitido socialmente producir alimentos nutritivos y saludables así como contribuir ambientalmente a la mitigación y, sobre todo, adaptación a de la crisis climática y los procesos de desertificación gracias a promover la regeneración del suelo, trayendo consigo una serie de beneficios que incluyen la fijación de carbono atmosférico.
Las herramientas y técnicas de campo son importantes, pero para Nuri y Francesc no lo son todo. Aconsejan a cualquier persona que quiera hacer una transición poner énfasis en los números. Hacerse amigo de la planilla Excel. Aseguran que la agricultura regenerativa no es solo una forma de mejorar el suelo, los cultivos y muchos más, sino que también una forma de generar un negocio más rentable. Creen indispensable “ponerle números al cambio”. Y con eso, también ser valientes y, muchas veces, escucharse más a uno mismo y a la naturaleza, que a aquellos que aún transitan el viejo paradigma de la agricultura. Aunque no todo es color de rosa, la transición tiene un peaje y no hay forma de evitarlo. Lo importante es entender el peaje, asimilarlos y ponerle un valor. Y, por sobre todo, comentan, hacer el cambio a la agricultura regenerativa requiere valentía. Según comenta Camilo: “No queda duda que ellos la han tenido y nos inspiran a que nosotros también la tengamos”.